tras el invierno de hastió
el invierno helado
lleno de inamovibles esperas
a frutos podridos y
altas yerbas.
Sembradas por la mano del frenesí
y de la lenta e inexorable rabia.
Vuelve el sol y se escapa la noche.
Ya es hora de hacer las cosas.
De mirar atrás y hacia delante
como en un cruce de caminos,
sin mas ansia que el avance.
Ya es hora de la tarde y el sueño.
De la luna corta y la luna larga.
De las mañanas campechanas y soleadas
sobre el verde monte
teñido por el color de las flores.
Se va el frió pero no las nubes
es la hora del sol.
Lloverá,
pero todo esta iluminado.