jueves, 15 de abril de 2010

la hora del sol

Vuelve el sol
tras el invierno de hastió
el invierno helado
lleno de inamovibles esperas
a frutos podridos y
altas yerbas.

Sembradas por la mano del frenesí
y de la lenta e inexorable rabia.
Vuelve el sol y se escapa la noche.
Ya es hora de hacer las cosas.

De mirar atrás y hacia delante
como en un cruce de caminos,
sin mas ansia que el avance.
Ya es hora de la tarde y el sueño.
De la luna corta y la luna larga.
De las mañanas campechanas y soleadas
sobre el verde monte
teñido por el color de las flores.

Se va el frió pero no las nubes
es la hora del sol.
Lloverá,
pero todo esta iluminado.


Aun creen que pueden pararnos, se ríen en su ignorancia. Pero nosotros vimos sus carcajadas. Creen que nos controlan. Y ellos han visto el mundo, han visto el abismo que hay en algunos ojos melancólicos, en algunas pupilas dilatadas gracias a la mas moderna droga.

Creen tenernos atados en un mundo diseñado para enaltecer y ensalzar al vicio. En un mundo de ácidos en la boca, ojeras, cosas que no sirven para nada y nos cuesta tanto amontonar, objetos y luces que se mueven y dan vueltas y resacas interminables. Ellos creen que el tiempo nos gano la partida.

Ellos creen que ya nos olvidemos del mundo, del agua, de la tierra, del viento, del roció de la hierba fresca. Creen que han arrancado nuestras almas de la tierra, las han atado y les han puesto un precio.

Ríen y ríen porque creen que nos tienen cogidos de los huevos.

Pero detrás de su farsa decorada se encuentra la realidad que unos cuantos ven, debajo también se encuentra la fuerza y la rabia que unos cuantos ven, la esperanza que unos cuantos vemos.