martes, 6 de julio de 2010

La cosecha episodio piloto

Era para finales de Junio y hacia un calor del infierno por toda la maldita ciudad. Eran las ocho de la tarde y como siempre todo el mundo salia de sus estúpidos trabajos como maquinas y dejaban el trafico colapsado. Así era la gran ciudad, en según que horas puede convertirse en un mar de ruido y en otras un lugar abandonado. Pero las aceras siempre escuchan.

N y yo estábamos andando por el polígono industrial como habíamos hecho en meses, también plegábamos del trabajo y esperando que para siempre.

Cualquiera que nos viera podría echarnos mas de veinte años, puede que no se equivocara, pero odio el estúpido jueguecito de adivinar la edad a la gente. La edad solo es un numero y a veces los números no interesan para nada.

Como hacia un calor del infierno aquel día teníamos puesta una camiseta de tirantes en vez del mono. Todos los monos eran iguales y nos obligaban a llevarlos, todos con sus pegatinas con el logo de la empresa en grande, como si entre nosotros tuvieran que vender algo. Aun así era algo democrático, porque todos los monos acababan llenos de mierda. Y la mierda no es igual en todos los monos. Al final cada uno salíamos manchados de distinta forma cada día. Con una escusa mas para una buena ducha.

Íbamos caminando como habíamos hecho todos los meses hacia la parada de autobuses de siempre. Tarde o temprano aprendes a cogerle cariño a los autobuses y sobre todo si tienes que coger tres para escapar del curro a tu casa todos los jodidos días. Uno se sienta y intenta distraerse pero por lo general no puede. Puedes mirar la ventana del bus y observar el recorrido, pero es el mismo de siempre, los mismos edificios que siguen en el mismo sitio, el mismo trafico interminable, la impaciencia y los pitidos.

Pero para no aburrirte siempre puedes echar un vistazo alrededor, casi nunca te cruzas tres veces en un bus con la misma persona. A veces consuela hablar con alguien que trabaja cerca tuyo. Pero todos tienen la misma expresión, la misma quizás que tu de mirar hacia el infinito. Todos tienen una historia que contar y a veces puedes pasar el rato intentando imaginártela.

Seguíamos andando hacia la parada de autobús que no estaba precisamente cerca. Odiábamos tener siempre el trabajo a tomar por culo de la civilización y las paradas de autobús. Pero a N le parecía siempre divertido. He de reconocer que N nunca ha sido serio ni lo sera y ahora daba muestras de ello.

-Joder cualquiera diria que vivimos en un puto barrio obrero- Dijo N que para variar estaba liando un cigarro mientras hablaba y andaba quejandose siempre de todo.- Pero no entiendo porque cojones tiene que estar precisamente a la otra punta de esta puta ciudad...
-Ey te dicho mil veces que no marronees después de currar, ¿quieres que nos pillen o que? Yo todavía no he tocao mi china. Ademas que cojones si no prestas atención al puto porro vas a acabar liando lo mal.
-No digas estupideces ya sabes que yo los lío con los ojos cerraos pavo. Si tanto te da por culo me lo dejo echo pa casa y te quedas sin fumar por gilipollas. Estoy hasta los huevos de que te me pongas fino marques y también estoy hasta los huevos de los putos autobuses, joder que esta bien coger alguno por que son limpios y tal pero yo ya tengo sobredosis. Si mi mono me sigue haciendo señas le tendré que poner un nombre.

-¿Y como lo vas a llamar?
-Y yo que se tronco... Mira así por lo pronto un nombre de viejo... Mira Ataulfo y a cascarla.
-Si pues tiene que ser la hostia, ni que fuera el puto mono este de los video juegos.
-Oye que mi mono no se carga fontaneros que bien por culo que da el jodio.
-Como quieras... Mira guardate todo que yo tampoco estoy hoy pa autobuses. ¿Cuando dijo el encargao que nos ingresaban la pasta?
-Mañana... ¿Porque preguntas ahora eso?
-Por na, aquí el marques pasa de ir en autobús, hoy vamos a casa en taxi y salimos de aquí como unos putos reyes.
-Si, ¿y de donde lo sacamos,listo?
-Tranquilo pequeño saltamontes que lo tengo to pensao, tu guarda todo el material a ver si nos joden.

Saque mi móvil del bolsillo, un móvil viejo como el solo, un ladrillo tan voluminoso como para tumbar a una persona. Teniendo en cuenta que las únicas personas que me solían llamar eran N y alguna compañía que insistía hasta la saciedad en que me cambiara a su puta oferta. A veces me dan ganas de tirarlo por allí, aun a sabiendas que no lo querría nadie de lo viejo que es. Pero no se porque puta razón me siento mas comunicado con el y prefiero que me vuelvan a llamar con las putas ofertas de tarifas antes de quedarme incomunicado y tener que ir a buscar a casa a N para hacer una simple quedada.

-¿Compañía de taxis? Si soy yo. Ya pueden pasar a recogernos como acordemos ayer.

Una vez termine de hablar colgué.
-¡Seras cabrón!¡ Tenias esto planeado y no me lo habías dicho! Y yo cabreao por tener que ir en bus.
-Nada, enfadada estas mas guapa.
-Vete a la mierda y a ver si te cambias ese puto ladrillo, no se como aun funciona, sobrevivió cuando te lo tire el ultimo sábado. Tendríamos que repetir aquello.
-Ni mi móvil te aguanta macho.
-Touche!

Después de unos minutos de espera llego el taxi como tenia planeado desde el principio, era nuestro ultimo día de curro y quería salir por la puerta grande y callarle la boca un rato al señor N. Las cosas hay que hacerlas como te vienen, el que calcula es un cobarde que no acepta ningún riesgo. Pero tienes que mojarte si quieres un buen premio.

-Buenas tardes, veo que ha llegado puntual, si le parece nos sentaremos atrás.
-Ey ey ey con la calma señor marques, antes debo de hacer algo.

Conocia muy bien a N. Como yo tambien pensaba que deberiamos funcionar mejor por instinto. Pero a diferencia de mi, su instinto suele hacer cosas absurdas con las que uno puede reirse cuando se cuentan despues. Esta era una de sus locuras, la ultima por este sitio, asi que me esperaba cualquier cosa.

Salio del taxi y dejo la puerta abierta, camino dos pasos y se quedo mirando a la nave industrial como esperando a alguien. Y entonces hizo un corte de mangas con toda la rabia que tenia acumulada y grito una de sus ocurrencias.

-¡Que os den hijos de puta! 

Lógicamente al entrar al taxi, el taxista se le quedo mirando y yo no podía aguantar la risa. La vergüenza ya la había perdido después de tantos años con N.

-Joder que a gusto me he quedao, por fin ha acabado todo esto. Macho marques no me mires así, ni tu tampoco, que no estoy todavía para encerrar mas de un día. A el viaje invitas tu, ¿no marques?
-Si, anda que estas como una cabra, pero no se me ocurre despedida mejor jaja. En fin... le doy la dirección a usted vale.

Le di la dirección al taxista y enseguida arranco, me daba la sensación que el hombre había lamentado haber ido a recoger a aquellos dos pirados. Pero así es la vida en esta ciudad con trabajos de mierda y aceras que no duermen.

Era solo el final de mi curro, era solo el principio de todo.

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