miércoles, 23 de junio de 2010

A cualquier otro lugar...

Llévame a cualquier otra parte.
Llévame lejos de aquí.
Prometo no mirar atrás.
Solo si no me sueltas la mano.
Resulta tan bello creer en ti,
que seguiremos luchando contra
el tiempo y el espacio
contra lo imposible y lo posible.

La belleza del mundo...

La belleza del mundo es inmensa, los ojos que la pueden apreciar no.
Pero los ojos no ven lo mismo que el alma...

Dicen que las estrellas...

Dicen que las estrellas como en los sueños esta escrito el destino.
Y lo cierto es que solo esta en los ojos de quien los contempla.

Somos

Entre litros de Vodka celebramos nuestra revolución.
En la que siempre creímos.
Pero por la que no pudimos luchar.

Somos la generación que ya no cree en los políticos.
Somos la generación que ya no cree en Dios.
Somos la generación que ya no cree en el dinero.
Somos la generación que ya no cree en el amor.
Somos la generación a la que una consola dio el sentido a el televisor.

Pero solo necesitamos reunirnos ante una canción.
Ante un himno glorioso que nos llegue al corazón-
Que nos diga que llegamos para no creer en nada y cambiarlo todo.
Una letra que nos diga que esta es nuestra lucha y nuestra revolución.

Porque sostendremos el mundo con nuestros hombros.
Porque aun queda lo peor...

viernes, 11 de junio de 2010

pruebas



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miércoles, 9 de junio de 2010

Ríos y vías vacías

Estábamos tumbados en la vieja estación y hacia un calor del demonio.
Tumbados al resguardo de un muro que nos daba sombra.
Callábamos y mirábamos de nuevo al cielo, saboreando el momento.
Nos habíamos quitado las camisetas y ahora eran una almohada perfecta.
Y no decíamos nada.

Era el verano y el sol apretaba,
a no ser que te bañases en alguna piscina.
Pero a nosotros no nos gustaban las piscinas.
En días de mucho calor nos íbamos a bañar al rió
y andábamos por la soledad de los caminos, entre las piedras mojadas
y entre los huertos cada vez mas abandonados.

Si tal vez necesitábamos sombra corríamos al amparo de un árbol
o de alguna casa en ruinas, llena de graffitis
normalmente pintados por nosotros.

Esa tarde empezó a soplar un viento que junto al calor
daba la sensación de estar con la calefacción a toda pastilla.
Pero solo mirábamos al cielo, no teníamos nada que hacer.
Nada de lo que el resto quería que hiciéramos.
Vivíamos felices y vivíamos el momento.
Ellos vivían entre estrés para un futuro incierto.

De repente una sombra se cernió tapándonos el cielo
y un ruido silencio la paz del momento.
Un tren cruzaba las solitarias vías.
Un tren que como hacia mucho tiempo no iba a parar.

Solo entonces hable.

-- Nunca hemos probado a pintar en un tren.
-- Pero aquí no paran los trenes...