martes, 21 de abril de 2009

Andenes

La vida es una estación de autobuses llena de gente que se va o que llega.
Puedes quitar todo de esa sala de espera, puedes desechar el tren y aun así ese sitio estará lleno. Porque en realidad lo que da vida a este frió sitio son las personas que lo habitan y las personas con las que uno a la fuerza ha de relacionarse.
Iran y vendrán, puede que de alguna puedas llegar a saberlo todo o nada, otras simplemente las veras pasar fugazmente sin casi acordarte de su rostro, pero una vez que salgan de tu campo visual seguirán viviendo y seguirán vagando por el mundo.
Los que se queden pasaran a formar parte de la estación, serán la estación misma y cuando ellos se vayan se quedara vacía y cuando tu cambies de estación podrás ver nuevas caras.
Esta estación esta fuera del tiempo y del espacio, sinceramente nadie vive en un tiempo permanente ni en un lugar permanente, todo cambia y ningún tren pasa dos veces por estas vías. A si que ningún viajero le da importancia a estas cosas.
No creo que haya muchos ladrones por estos lugares, el equipaje es a veces un peso e impide viajar con libertad de movimiento. ¿Quien puede correr hacia el alba cargado de maletas? ¿Acaso este tren ira mas rápido cuando este cargado de maletas llenas de bultos inservibles que se tardaron muchos años en conseguir?
Puede que tantos materiales pesen pero hay cosas que se confunden he visto ligeras maletas llenas de odios y malas ideas pesar mas que toda la estación entera. Para este viaje es mejor venir como uno vino al principio, sin nada.
Y cuando la noche caiga y las luces se enciendan los adormilados pasajeros bajaran a los andenes para descansar de sus largos viajes por el oscuro mundo y el oscuro tiempo

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión la verdad, pero creo que aún podrías profundizar más, porque el tema se las trae ;)

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