Andan a tientas entre la oscuridad y no son capaces de vislumbrar su propia silueta. Quizás el viaje les cambio o quizás son ellos los que no piensan cambiar. Lo cierto es que van directo a la deriva pensando que van solos. Son el fracaso del sistema y el fracaso de la sociedad, son la insumisión y la rebelión sin fundamento, son el caos del orden impuesto.
Son lo que sera todo esto, un todo que se derrumba porque en su interior también están podridos. Analizándolo seriamente no se puede decir que no piensen, de hecho no hacen otra cosa. Nacieron en un sitio no tan perfecto como las altas cunas que desde el fango observan su legado es un rincón de miseria en el reino de las ratas y las únicas oportunidades se pierden en el afán de imitar a la miseria. Imitar la miseria que les rodea al saberse no dueños del futuro y dueños de un pasado lamentable. Mientras el mundo res tate disfruta y difunde su palabra de falsa riqueza y bienestar, ellos son el tributo a pagar, las patas de una silla demasiado grande.
Tendrán suerte si sobreviven en esta jungla de cemento, pero su mermada cultura creara otro bucle de miseria. ¿Crees que mas habitantes para compartir la misma mierda podrán acabar con ella? No mientras los televisores no aullen y los habitantes de los grandes palacios del aire bajen como buzos a equilibrar la balanza. No mientras los antiguos profetas sean representados por farsantes de seda y oro que en su día representaron la peor cara del hombre y siguen haciéndolo. ¿Crees que a los de allá arriba les interesa que esta situación cambie? Esta es nuestra lucha y esos habitantes de las alturas no harán nada para cambiar las cosas, si acaso intentaran volar mas alto.
Buenísimo.
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