jueves, 19 de agosto de 2010

Corazones de asfalto capitulo 5

Existe una teoría vieja y gastada
pero que siempre funciona.

Un método para explicar la vida de alguien.
La teoría del Statu Quo.

Todos tenemos una vida, en esto estamos todos de acuerdo,
a pesar del zomby que levanta la mano en el fondo de la sala.
Todos o casi todos tenemos una rutina, una vida que siempre es igual y no cambia
y avanza lentamente.

Pues veras existen dos tipos de personas los que bajo ningún concepto vambiarian ese Statu Quo, cualquier cambio radical del mismo seria una desgracia.
No soportarían por ejemplo un viaje, separarse de sus amigos, mudarse lejos de su barrio.
Su vida y su estabilidad son su mayor tesoro.

Después están los que como yo odiamos nuestro Statu Quo, tener una vida segura y rutinaria es una maldición, queremos cambiarla y cualquier cambio radical de los anteriores es una bendición de la suerte.

Y hay tienes la teoría los que cuidan su Statu Quo o los que lo destruyen.

Hubo un día en que me levantaba todos los días de la cama pensando que iba a cambiar mi vida, que iba a hacer algo grande, pero me equivocaba. Por la noche me acostaba tarde pensando que no lo había logrado aquel día y mintiéndome que lo haría el siguiente.

Un día monte en un bus a ninguna parte y deje de mentirme.
No tengo Statu Quo, mi vida es un constante cambio, mi vida es el camino
y no voy a ninguna parte, ni quiero hacerlo.

Un corazón de asfalto no tiene hogar, no tiene amigos, ni tiene familia. Un corazón de asfalto camina de un lado a otro y no permanece en ningún lado demasiado tiempo.

Un corazón de asfalto sabe porque aprendió del camino y eso quiere decir que aprendió de muchos sitios.

Puede que esta mierda suene a filosofía barata, de hecho puede que sea así. Pero así es como veo mi vida.

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